Liliana Vega Carrero
Sin planearlo, sin ponernos de acuerdo, sin esperarlo, este año 2020 vimos cómo el mundo cambió en un abrir y cerrar de ojos. Desde el estudiante de preescolar, el universitario, el profesional, el independiente, y el empresario… todos tuvimos que hacer cambios en nuestra manera de actuar y llevar a cabo nuestras actividades diarias.
Uno de los aspectos con mayor impacto ha sido sin duda, el traslado de las actividades laborales y el estudio presencial, al campo virtual durante la cuarentena. Y es que no se trató de un cambio gradual, calculado y planeado con los tiempos que amerita, sino en muchos casos – por no generalizar- fue una decisión inmediata y radical.
Si hablamos de las aulas, una mañana, encontramos nuestra vivienda convertida en una escuela, colegio e incluso universidad (tal vez todas a la vez), escuchando las voces de los maestros y maestras, que intentan continuar su plan de estudios con los estudiantes y al mismo tiempo se encuentran tratando de “entender” su propia aula que ahora es virtual, sin contar los pormenores de sincronizar con varios equipos en donde detrás están no solo sus estudiantes sino sus familias enteras.
Y entonces surgen las preguntas: ¿Debe un docente simular que está en su aula normal y continuar el rumbo?, ¿Es eso posible?, ¿Qué estrategias debe utilizar para potenciar sus clases ahora virtuales?, ¿Es lo mismo?, ¿Hay algún impacto en el proceso de aprendizaje de los estudiantes?
En este caso, no todos han tenido esta oportunidad, pero muchas personas se encuentran realizando sus actividades laborales online. Y el panorama puede no ser igual al anterior, pero también está lleno de desafíos: el tiempo parece no terminar, algunos trabajan más horas de las establecidas y se suma el estrés, el sedentarismo, pocas horas de sueño y la responsabilidad de lograr que su hogar funcione en todas sus dimensiones.
Y vuelven las preguntas: ¿Es lo mismo trabajar desde casa?, ¿Cuál es el rendimiento de los empleados?, ¿Cuáles son las ventajas o desventajas?, ¿Hay motivación?, ¿Cómo puedo aportar a mis empleados para mejorar su rendimiento?, ¿Están capacitados para el manejo de herramientas tecnológicas que permitan un buen desempeño?
Sin duda, este es un buen momento no sólo para aprender, sino también, para reaprender y desaprender. Y más que obstáculos, debemos lograr evidenciar las oportunidades que tenemos a nuestro alrededor. En medio de una cuarentena que nos impide interactuar de manera presencial, debemos lograr cambios en los procesos educativos y el rol laboral, que favorezcan los resultados, que aporten al beneficio mutuo y nos ayude a fortalecer dichas dinámicas.
Una de estas estrategias es muy conocida: El microaprendizaje o microlearning, el cual permite brindar información concreta, breve, variada y flexible.
Un docente, puede hacer uso de esta forma de aprendizaje para lograr captar la atención de sus estudiantes desde la distancia.
Puede ser a través de imágenes, infografías, videos cortos, esquemas, gamificación.
Así mismo, un empresario puede aprovechar las ventajas que brinda este método de aprendizaje, para fortalecer, capacitar y brindar información a sus empleados.
En #ELRNSpot podemos ayudarte a desarrollar material para un micro aprendizaje de acuerdo a tus necesidades y las necesidades de los tuyos.